martes, 20 de mayo de 2008
Mujer Monstruo
El deseo de verte a los ojos me estremece,
anulando la razón.
Dejando libre a
un monstruo entre mujer y niña.
Con los ojos rebosantes y sonrientes,
con la boca llena de un rojo caramelo.
Pero a la vez emanado un vapor
con sabor a menta fermentada,
macerada por los años....
Unas manos que hablan
entre lineas gruesas y piel muerta,
secas y heridas.
Con el deseo de jugar, de dar la manos sin soltarla
de levantarlas y moverse como el viento....
Una mujer transgenica que anhela un macho,
pero que sea tan integro
como para lamer el caramelo del borde se sus labios,
con la punta de su lengua y deshacer cual lamina petrificada sobre ellos.
Una aberración sicopata neurotica
que quiere jugar con muñecas,
al pillo o saltar una media tensada,
pero el trazo de las caderas y pechos
entoncerpecen la acción.
En magna frustracion el engendro sollosa,
implorando con un gesto de sumision
muestra de su actual condición.
Pide una bendición.
Las medias cortadas están
y los querubines de su rostro ya se han partido,
regandolas de margaritas el vacio.
Un alardido el macho escuchó y
bruscamente por las cadera la tomó
pensando que era una mujer.
El temor lo invadio al no entender
quien era este ser.
Con cariño él su mano dio,
pero el monstruo lo deja desfallecer
en la colmeda de su vientre.
El dice- no eres un mostruo y menos una niña
...solo una mujer.
anulando la razón.
Dejando libre a
un monstruo entre mujer y niña.
Con los ojos rebosantes y sonrientes,
con la boca llena de un rojo caramelo.
Pero a la vez emanado un vapor
con sabor a menta fermentada,
macerada por los años....
Unas manos que hablan
entre lineas gruesas y piel muerta,
secas y heridas.
Con el deseo de jugar, de dar la manos sin soltarla
de levantarlas y moverse como el viento....
Una mujer transgenica que anhela un macho,
pero que sea tan integro
como para lamer el caramelo del borde se sus labios,
con la punta de su lengua y deshacer cual lamina petrificada sobre ellos.
Una aberración sicopata neurotica
que quiere jugar con muñecas,
al pillo o saltar una media tensada,
pero el trazo de las caderas y pechos
entoncerpecen la acción.
En magna frustracion el engendro sollosa,
implorando con un gesto de sumision
muestra de su actual condición.
Pide una bendición.
Las medias cortadas están
y los querubines de su rostro ya se han partido,
regandolas de margaritas el vacio.
Un alardido el macho escuchó y
bruscamente por las cadera la tomó
pensando que era una mujer.
El temor lo invadio al no entender
quien era este ser.
Con cariño él su mano dio,
pero el monstruo lo deja desfallecer
en la colmeda de su vientre.
El dice- no eres un mostruo y menos una niña
...solo una mujer.
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